Paradisuko atean

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Para que los niños aprendan los nombres de los seres que viven a su alrededor y hagan ejercicios de memoria, las canciones suelen tener a menudo una estructura de listado: en estas se enumeran números, acciones y sobre todo nombres de animales. Frecuentemente los nombres de animales van acompañados de onomatopeyas o palabras que imitan los sonidos que emiten: el canto del gallo, el rebuzno del asno, etc., ya que suelen ser más esclarecedoras que cualquier explicación.


Paradisuko atean
Gipuzkoa

1.
En la puerta del paraíso
se juntaron todos los animales.
Estaban contentos al oír sus nombres
de boca de Adán,
en la puerta del paraíso
se juntaron todos los animales.

2.
—Veamos, quiquiriquí,
¿cómo te llamas?
—Se lo voy a decir enseguida,
a mí me ha llamado Gallo.
—Está bien, quiquiriquí,
ese es tu nombre.

3.
—¿Tú qué nombre tienes,
querido gruñón?
—Se lo voy a decir enseguida,
el mío, señor, es Cerdo.
—Está bien, señor Cerdo,
ése es el tuyo.

4.
—Ven aquí, cacareadora,
¿cómo te he llamado yo a ti?
—Se lo voy a decir enseguida,
me ha llamado Gallina.
—Está bien, cacareadora,
así te he llamado a ti.

5.
—A ver tú, cuelligordo,
¿cómo es tu nombre?
—Se lo voy a decir enseguida,
a mí me ha llamado Toro.
—Está bien, cuelligordo,
ése es tu nombre.

6.
—Querida lechera con cuernos,
¿cómo te llamas tú?
—Se lo voy a decir enseguida,
Vaca es, señor, mi nombre.
—Querida lechera con cuernos,
ese va a ser tu nombre.

7.
—Mocoso de grandes orejas,
¿cómo te llamas tú?
—Ay a mí, señor, se me ha olvidado, se me ha olvidado,
se me ha olvidado, perdóneme.
—Está bien, señor mocoso,
desde hoy tú te llamarás Burro.