Los siguientes versos los cantó el bersolari Xenpelar el día de la Exaltación de la Santa Cruz en Lezo. En aquel entonces había dos pseudobersolaris, Juxto y Lonjinos, que con sus versos torpes y disparatados hacían reír al público. Ese día Justo y Xenpelar hicieron una curiosa apuesta: quien cantara los versos más enrevesados ganaba. Se dispuso que el que cantara las mayores barbaridades recibiría las más grandes ovaciones. Pero como Xenpelar recitaba hasta las cuestiones más absurdas con propiedad y elegancia, fue Juxto quien se llevó los aplausos más clamorosos.
Joan Frantzisko Petrirena Xenpelar
Gipuzkoa
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1.
Han surgido en Arano
catorce novios:
ocho confiteros,
seis boticarios.
Un hombre ha cargado a pulso
a las espaldas
diez armarios
de seis quintales cada uno.
A ver quién planta cara
a este argumento.
2.
Están plantando árboles
en la mar;
el ciego ha visto
la casa ardiendo;
el cojo bien sabe
correr los caminos;
el mudo está llamando
a gritos a la gente.
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3.
He visto a un hombre
que con trescientos años
anda de marinero
entre las estachas del barco:
en vez de zapatos
tenía botes en los pies…
Su abuelo, a su vez,
va a la mar en busca de agua.
4.
Del petirrojo
seis libras de callos;
para la hormiga, por su parte,
siete boronas de maíz.
La criba muele la harina,
el molino la cierne,
los cuchillos queman
y los hornos cortan…
Xenpelar sabe dónde está
la explicación de todos ellos.
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Los siguientes versos los cantó el bersolari Xenpelar el día de la Exaltación de la Santa Cruz en Lezo. En aquel entonces había dos pseudobersolaris, Juxto y Lonjinos, que con sus versos torpes y disparatados hacían reír al público. Ese día Justo y Xenpelar hicieron una curiosa apuesta: quien cantara los versos más enrevesados ganaba. Se dispuso que el que cantara las mayores barbaridades recibiría las más grandes ovaciones. Pero como Xenpelar recitaba hasta las cuestiones más absurdas con propiedad y elegancia, fue Juxto quien se llevó los aplausos más clamorosos.