Es ocho de mayo. En Orduña celebran los ochomayos, así como los del Valle de Arrastaria.

En estas fiestas renuevan el voto que en s. XVIII las autoridades hicieron de nombrar patrona de la ciudad a la Virgen de la Antigua.

El 9 de mayo es el día de los de Arrastaria. Hoy en día, este valle pertenece a Amurrio, provincia de Álava, y lo componen Tertanga, Délica, Artomaña y Aloria.

Los representantes de las cuatro localidades se reúnen a la entrada de la ciudad, junto a la ermita del Buen Suceso. Allí les espera el txistulari, y juntos van en procesión hasta la iglesia. Cada uno porta su estandarte y la cruz de su parroquia. Los más jóvenes, llevan las velas que ofrecerán a la Virgen. Por detrás van los responsables municipales y la gente del pueblo.

La iglesia está llena. Antes de terminar la celebración, un vecino de Arrastaria le dedica una jota. El final de la misa se anuncia con un toque de campanas. En ese momento giran la imagen de la Virgen del altar y los asistentes pasan uno a uno para besar la estola y hacer su ofrenda.

Después, ya en el exterior del santuario, se bailan las Entradillas. Esta actuación solía ser más espontánea y alegre. Los bailarines salían entre vítores: “Ahora los de Délica”, “Aupa Tertanga”, “Viva Aloria…”. Hoy en día bailan los jóvenes del grupo de danzas, y en agradecimiento, los mayores les lanzan monedas, y ellos compiten por atrapar el mayor número posible. Luego, los representantes municipales les entregan una placa conmemorativa.

La vuelta al pueblo también se hace en procesión. Al llegar, les espera el alcalde de Orduña, y hacen el trueque de makilas. Eso indica que a partir de ese momento, el representante de Arrastaria es la autoridad hasta que de nuevo hagan el trueque. De ahí, se dirigen a la posada, y tras los discursos correspondientes, celebran una comida de hermandad. Para finalizar la jornada, vuelven a intercambiarse los bastones de mando y se despiden.