En Euskal Herria, el Carnaval ofrece manifestaciones populares muy antiguas y espectaculares. Intentar enumerarlos en un listado resultaría imposible.
Entre muchos otros, son muy populares en Nafarroa las siguientes representaciones: los Joaldunak o Zanpantzarrak de Ituren y Zubieta; Inauteak en Arantza y Urdazubi; Zomorroak y Mozorroak de Goizueta; Moxaurreak en Unanua; Momotxorroak en Altsasu; Mantajaunak y Momoxarroak en Urdiain; Zakuzaharrak en Lesaka…
En Araba también existen algunos ejemplos muy antiguos: Los Cachirulos o Cachibulos en Kanpezu y Maeztu; los Porreros en Aberasturi, Amurrio, Añana, Bikuña, Egilatz, Galarreta, Gazeo, Heredia, Legutiano, Munain, Oreitia, Ozaeta y Arrizala; los Cacarreros y Cacarros en Antezana y Zanbrana; las Mascaretas en Biasteri; los Zarramoqueros en Pangua…
En estos casos los jóvenes del pueblo visten de forma aterradora o cómica y, valiéndose de algún instrumento y produciendo ruido y alboroto, asustan e incluso golpean a ancianos y jóvenes.
En estas manifestaciones de Carnaval aparece un personaje que representa el símbolo de la fiesta. Frecuentemente acaban quemándolo al final de los festejos. Es el caso de Marquitos en Zalduondo; Abuela en Bikuña; Hombre de paja en Okariz y Egino; La Vieja en Munain y Egilatz; Gutiérrez en Galarreta y Berantevilla; Toribio en Kanpezu; Judas en Azazeta; El Criminal en Arriola…
En muchos pueblos y ciudades entra en acción otro personaje: el Oso. Así ocurre en Markina y Elorrio (Bizkaia); en Bergara (Gipuzkoa), en Arizkun (Nafarroa)…