El objetivo de la colección Urte-sasoiak es dar a conocer el conjunto de tradiciones de Euskal Herria relacionadas con el ciclo anual tradicional y practicadas desde tiempo inmemorial hasta nuestros días.
En esta segunda entrega de la colección recogemos el ciclo de festejos posterior a las Navidades: el carnaval y su entorno.
Tal y como afirma una de las melodías de esta nueva recopilación, esa época representa el corazón del invierno.
El calendario solar es determinante en este tipo de celebraciones del mundo tradicional (recordemos el dominio que ejercen los solsticios de invierno y verano en las fiestas navideñas y en las fiestas de San Juan). Pero es precisamente en los festejos del carnaval cuando aparece por primera vez el influjo del calendario lunar. Por otro lado, caben destacar las festividades que tienen lugar los primeros días de febrero; son días estos señalados y aderezados normalmente de hermosas tradiciones y ritos privados. En ocasiones, ambos tipos de calendarios se superponen.
Hou Pitxu hou! es el título que hemos elegido para presentar el contenido de este material. Es muy conocida entre nosotros, los vascos, la Maskarada; probablemente esta sea de entre todos los festejos populares, la celebración más selecta, colorida, elaborada y completa. Pitxu, personaje de estas mascaradas, es, sin duda, quien mejor y más fielmente preserva el espíritu de los carnavales. Así pues, hemos decidido que sea también él quien simbolice todo este ciclo y nos guíe a través de él.
He aquí el calendario de festividades relacionadas con el ciclo carnavalesco y las canciones que hemos elegido para acompañarlas en esta colección.
El calendario de los carnavales es variable, cambia año tras año. La solemne fiesta de Pascua lo determina y se organiza de acuerdo a la Cuaresma.
El día de Pascua se celebra el domingo siguiente al plenilunio posterior al equinoccio de primavera. Según la tradición, el equinoccio de primavera coincide siempre con el 21 de marzo; y desde que hace aparición la luna llena, necesita 14 días para completar su ciclo. De este modo, el día de Pascua puede ser como muy pronto el 22 de marzo, y a más tardar el 25 de abril.
En base a esto: el Basaratoste puede celebrarse el 25 de enero, como muy pronto, o el 28 de febrero, a más tardar; el Domingo de Carnaval, el 1 de febrero como primera fecha, y el 7 de marzo, como última; el Miércoles de Ceniza, el 4 de febrero como muy pronto, y el 10 de marzo como muy tarde, etc.
Estas son las canciones y bailes del ciclo de los carnavales que hemos escogido:
Tras el ciclo navideño, existe, entre las tradiciones populares de occidente, otro periodo de celebraciones también importante. Este se constituye en torno a los carnavales.
Julio Caro Baroja afirmó que este segundo ciclo se estructuró necesariamente con vista a la Cuaresma, y los actos más significativos que han perdurado hasta nuestros días, se conformaron hacia el medievo. A pesar de todo, muchas de las características del carnaval transmitidas por el cristianismo, aparecen en la actualidad combinadas con otras tantas propias de modos de vida paganos anteriores al mismo.
Por otro lado es reseñable la transgresión que, de cara a la sociedad, supone la carnavalización en sí misma.
Durante el periodo de carnaval, el hilo del tiempo se desgarra, y aquellas normas que regían la vida en el transcurso del tiempo ordinario, es decir las leyes de la sociedad, pierden su vigencia. Así pues, es lícito durante estos días vulnerar ciertos preceptos y también invertir el orden establecido entre las clases sociales. Con el carnaval, lo que normalmente estaba arriba, estará ahora abajo; y por el contrario, lo que antes se mantenía abajo, ahora se ensalzará y situará arriba.
Queda patente en nuestros festejos populares la ruptura a la que hacemos referencia; y entre disfraces, risas, bailes, cánticos y numerosas representaciones teatrales se nos manifiesta esta transgresión, en cada lugar con sus propias particularidades.
Sin embargo, la desobediencia de lo legalmente establecido tiene un final: el Miércoles de Ceniza. Según el calendario eclesiástico, ese día comienza la Cuaresma, y con ella además de recuperar el orden social, llegan las constricciones y los ayunos y privaciones del cuerpo hasta el día de Pascua.
Cerca de este tiempo de carnaval, y quizá en su origen estrechamente unido a él, existe en nuestra cultura, en Euskal Herria, un destacado y breve periodo que abarca los primeros días de febrero, en los que tienen lugar una serie de actos muy singulares.
Aunque en la actualidad los identificamos con signos de celebraciones eclesiásticas, es curioso cómo en un espacio de tiempo tan reducido se acumulan tantas costumbres y ritos. A lo mejor no son tradiciones excesivamente complicadas en su ejecución, más bien todo lo contrario, son insignificantes, sencillos hábitos que a menudo se practican inconscientemente; pero que a su vez, y en la mayoría de los casos, están íntimamente ligados al hogar y al ambiente familiar. En definitiva, son de gran importancia en el análisis y comprensión de la perspectiva del mundo tradicional.
A pesar de que aparentemente son, pues, celebraciones del calendario eclesiástico, presentan indicios que nos remontan a la antigüedad.