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Estamos en los primeros días de diciembre. La noche se ha impuesto al día, son ya muchas las horas de luz que ha arrebatado al día, y oscurece muy pronto por la tarde. Pero, no falta mucho para que empiece el proceso contrario: el día irá poco a poco haciéndose con más horas, sustraídas silenciosamente día tras día a la noche.

Los hombres y mujeres de la antigüedad conocían a la perfección este hecho. Al fin y al cabo eran principalmente pastores. No conocían calendario alguno y por lo tanto todo lo relacionado con la luna, la naturaleza y el sol era primordial para ellos. Se percataron de que el paso del tiempo traía consigo un ciclo: durante un tiempo los días iban alargándose y, en un preciso momento, y durante unos días, se detenía ese proceso de ampliación diurno. Esto sucedía aproximadamente, según nuestro calendario actual, entre el 21 y el 24 de junio. A partir de entonces, empezaba el camino de regreso: los días comenzaban a acortarse, de nuevo hasta tocar un límite imaginario. Eso ocurría hacia el 21 y 24 de diciembre de nuestro calendario.

Estos dos ciclos son conocidos como los solsticios de verano e invierno. Ambos solsticios o retornos límite del sol (tal y como Barandiaran los llamaba), significaban mucho para los hombres y mujeres de antaño. Ahí precisamente comenzaban y finalizaban los años para ellos, y ahí también llevaban a cabo sus celebraciones y festejos.

Esta primera parte recoge las festividades del solsticio de invierno. Intentaremos analizar cómo son en Euskal Herria las fiestas navideñas y las celebraciones en torno a ellas. Pero antes de nada, recordemos la doble naturaleza de éstas: por un lado la correspondiente a la experiencia del ciclo y del año (Eguberriak) y por otro el de la cultura surgida por influencia del cristianismo y transmitida generación tras generación (Gabonak).

El 6 de diciembre se celebra el día San Nicolás. En muchos lugares es conocido como obispo txiki u obispillo en Vitoria. Es costumbre este día recorrer el pueblo casa por casa, cantando (oles egitea); se felicita a los miembros de la casa y se coplea a cada uno de ellos, o bien se da noticia a éstos del nacimiento de Cristo. En un principio, los monaguillos vestían de obispos. Esto ocurría frecuentemente en Navidades, y, especialmente en Carnavales; la ruptura cronológica conlleva también la ruptura del orden y la ley, en definitiva, la fiesta.

Estamos en Gernika. Los llamados Marijesiak son canciones cantadas a lo largo de las nueve madrugadas que preceden a la Navidad. La salida de ronda comienza a las cuatro de la madrugada, y a paso ligero se recorren las calles del pueblo, cantando coplas que recogen la historia sagrada correspondiente al periodo comprendido desde la existencia de Adán hasta el nacimiento de Cristo; el coplero mayor canta y el séquito le responde.

En Navidades, en Euskal Herria, la canción es la protagonista. 24 de diciembre. Desde bien temprano por la mañana, es mucha la gente que se organiza en grupos para salir a la calle y amenizar el ambiente cantando canciones de Navidad por aquí y por allá.

Ese día también pertenece al Olentzero. A pesar de que en la actualidad se nos presenta casi como un vagabundo, quizá en la cultura de antaño el Olentzero fuese algún personaje importante relacionado con el Señor Sol… ¡Quién sabe! Su presencia cambia mucho de unos lugares a otros. A veces pescador, otras carbonero; gran comedor, también borrachín… Por un lado se nos muestra como un hombre torpe y desaliñado; pero por otro, es él quien anuncia el nacimiento de Jesús. Es precisamente el último pagano el encargado de dar a conocer la Buena Nueva.

Otra manifestación, la más reciente, es la del nacimiento portátil. Recorren las casas del pueblo, una a una, cantando canciones pastoriles y cargando en andas sus pequeños nacimientos.

Hemos dicho que la costumbre más extendida en Navidad es la práctica de salir en ronda, cantando y en cuestación por las calles o barrios del pueblo (oles egitea). Por la tarde, es el turno de los adultos; ahora son ellos los que alegrarán la tarde con cantos. Esta cuestación se realiza el día Navidad y a finales de año, el día Año Nuevo y el Día de Reyes, especialmente.

Estas canciones cantadas de casa en casa, son las más antiguas de las entonadas en Navidad: la llamada copla tradicional. En cada una de las casas, tras pedir permiso para comenzar a cantar, se coplea a todos y cada uno de los miembros de ella. Esta costumbre también se practica en otras celebraciones: Santa Agueda, Carnavales, y San Juan.

En algunos lugares, la noche de Navidad, el señor de la casa tomaba el pan y lo bendecía. Lo troceaba y guardaba uno de los pedazos en un lugar concreto. Transcurrido un año, se recuperaba ese trozo de pan y se quemaba en el fuego del hogar, o simplemente se deshacían de él. El trozo de pan guardado a buen recaudo tenía un poder especial: sanaba a los perros rabiosos, resguardaba la casa de las tormentas y rayos, protegía las heredades, etc.

31 de diciembre. Día de Nochevieja. Aquí existen otras costumbres que representan el final del año viejo.

En muchas localidades de Álava, en Salvatierra, por ejemplo, el día de Nochevieja, pasean por las calles un muñeco. Éste simboliza el año que se va, el año viejo. Y finalmente lo colocan en una gran pira y lo queman. Erre, ipurdi errea!

Es la mañana de Año Nuevo. Momento mágico para los niños de algunas localidades, que salen a recorrer las calles y realizar la cuestación de comienzo de año. Antaño recibían nueces, avellanas, castañas, huevos, etc.; quizá también alguna que otra moneda…

El último día de celebración en Navidad, es el Día de Reyes. También aquí son muchas y variadas las celebraciones que se llevan a cabo. La mayoría de estas celebraciones tiene lugar la víspera. La llamada Trufanía o Neguko Festa Berria de Donibane Lohizune, con sus niños y Reyes. Y la que probablemente sea la celebración más conocida: La Cabalgata de Reyes. Pero también existen otras, aunque menos afamadas. También el día de Reyes, muy temprano a la mañana, los niños recorren las casas del barrio, cantando estribillos cuyo comienzo es Erregen-erregen o Apalazio zalduna.

Tal y como hemos comprobado, la Navidad en Euskal Herria es un periodo que comprende muchas y hermosas costumbres. Que sirva su conocimiento para que sean mejor consideradas y conservadas por todos.