Ezpata-dantza eta Mahaigainekoa

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Las danzas son un elemento esencial de nuestra cultura, testimonio de nuestro carácter y personalidad. Cada comarca suele tener las suyas, y en el caso de Markina-Xemein, son dos las danzas que se interpretan el 29 de septiembre, día de San Miguel: la Ezpata-dantza de Xemein y el Mahaiganekoa.

Nos encontramos junto a la ermita de Arretxinaga. Al eco de las campanas de las once, la gente se acerca para oír la misa en honor al patrón del pueblo.

Es una ermita especial. En su interior hay un monumento peculiar, compuesto por tres pedruscos que se sostienen mutuamente. La procedencia de estas piedras ha creado mucha expectación aunque nadie ha podido aclarar su origen. Justo en medio se encuentra la imagen del santo. Se dice que aquella persona que quiera encontrar pareja, debe dar tres vueltas a las piedras pasando por el hueco que hay entre ellas.

Después de la misa tenemos la oportunidad de presenciar la Ezpata-dantza de Xemein. Se trata de un baile ceremonial que se interpreta en ocasiones especiales. Antaño se bailaba el día de Corpus Christi.

Los bailarines salen a la plaza desde el antiguo ayuntamiento. El número de bailarines puede variar. Hoy en día suelen tomar parte quince personas: el capitán o maisu-zarra, cuatro bailarines con espadas cortas, y diez más con espadas largas.

Van vestidos de rojiblanco. A modo de complemento llevan escapularios del Arcángel san Miguel y el escudo de Xemein. El capitán, para distinguirse del resto, viste un chaleco marrón de flores.

Los bailarines conforman una imagen curiosa alzando al capitán sobre sus espadas. Mientras permanece en lo alto, es el turno del capitán y de los que portan las espadas cortas. Esta pieza es una de las peculiaridades de la danza que nos ocupa.

A medianoche tiene lugar una nueva sesión de baile. En este caso interpretarán la danza conocida como Mahaiganekoa. La plaza del antiguo ayuntamiento está repleta de gente que espera impaciente a los componentes del grupo Zerutxu. El txistulari les da la entrada y los hombres del grupo salen a la plaza.

Primeramente interpretan el Aurresku y la Soka-dantza, invitando a bailar a las mujeres.

A continuación bailan el Mahaiganekoa. Para ello disponen en la mitad de la plaza una mesa de madera, un asiento, una jarra de vino, un vaso y un farol. Los integrantes del grupo, en este caso hombres y mujeres, antes de salir a la plaza, rodean la ermita. El que encabeza el grupo, vestido con capa, representa al alcalde, y lleva un tizón encendido en la mano.

Una vez en la plaza, cuando el txistulari comienza a tocar, uno de los bailarines sube encima de la mesa y bebe un vaso de vino. A continuación todos los integrantes del grupo entonan la canción Horra hor goiko.

En un momento dado otro bailarín subirá a la mesa y bailará enfrentado al anterior. Después beberá un vaso de vino y seguirá bailando.

Y así sucesivamente hasta que todos los chicos del grupo hayan bailado. La sesión termina con una cadeneta.