Amak ezkondu ninduen

partituraButtom

Amakezkondu

Hasta comienzos del siglo pasado fue común pedir la ayuda de un intermediario a la hora de iniciar las relaciones amorosas. La mayoría de las veces era un amigo o un familiar quien intercambiaba los mensajes. Pero también había personas dedicadas expresamente a ello: los casamenteros y casamenteras. Se solicitaba su ayuda sobre todo en ocasiones especiales; cuando los que se iban a casar eran mayores, cuando tenían defectos físicos, cuando tenían mala reputación…

Muchas veces eran los padres quienes acordaban el compromiso sin tener en cuenta la voluntad de sus hijos e hijas. Esto sucedía la mayoría de las veces cuando había una diferencia de edad considerable entre los futuros cónyuges, o cuando uno de ellos era adinerado. A veces estos arreglos también se daban entre tíos y sobrinas. Estas bodas eran bastante peculiares y suscitaban muchos comentarios. La siguiente canción es un claro ejemplo de todo lo dicho con anterioridad.


Amak ezkondu ninduen
Gipuzkoa

1.
Mi madre me casó
a los quince años,
cuando mi marido tenía
los ochenta consigo.
Oy, ay, muchacha joven
con un anciano decrépito.

2.
—Madre, ¿para qué quiero
yo a ese viejo?
Lo he de coger
y arrojarlo por la ventana.
Oy, ay, por mi ventana
he de arrojarlo.

3.
—Cállate, muchacha,
que ese hombre es rico;
aguanta con paciencia
uno o dos años:
después de que se muera,
vivirás a lo grande.

4.
—Que el diablo se lleve consigo
al gallo añoso,
antes que aquél prefiero
a uno de mi gusto.
Oy, ay, un joven en sazón
de unos veinte años.