Elaboración del carbón

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ikaskintza2La elaboración del carbón, ikazkintza, es un oficio que data de años atrás. Esta forma de ganarse el pan cobró gran importancia con la creación y el desarrollo de las ferrerías y, también más tarde, cuando en tiempos de guerra aumentó la demanda de carbón tanto en los hogares como para combustible de los nuevos medios de transporte. En la década de los cincuenta del siglo XX el consumo del carbón disminuyó drásticamente y fue reemplazado por otras fuentes de energía y otros combustibles hasta su desaparición en la década de los sesenta.

Para la elaboración del carbón se empleaba madera de encina, roble, haya o castaño. El procedimiento de convertir la leña en carbón consiste en cocer la leña sin quemarla, lo cual no es nada fácil; hay que tener mucho cuidado ya que el más mínimo error podría arruinar días de trabajo. A continuación se dan a conocer, de forma breve, los pasos a seguir.

Para empezar hay que conseguir la leña: talar el árbol, cortar las ramas y, después de trocear el tronco, llevarlo hasta donde se va a ubicar la carbonera, txondorra o ikaztobia. Hay que reunir mucha leña, por lo que es un trabajo agotador; se necesitan aproximadamente cuatro kilos de leña para fabricar un solo kilo de carbón ¡calculad! La pira se levanta en el suelo, en un lugar llano cerca de algún riachuelo y protegido del viento.

El siguiente paso, después de delimitar el emplazamiento de la carbonera, es construir la chimenea; este es el eje central de la pira y por donde se prende. Alrededor de la chimenea se amontona la leña en diferentes niveles; primero se colocan los troncos gruesos, encima los medianos y, finalmente, las ramas más finas hasta conseguir apilar un montón de unos cinco o seis metros de diámetro. Después, se cubre la carbonera con ramas, hojas, helechos o musgo. Por último se extienden los rescoldos, iduria, de otra carbonera.

Para encender la carbonera se introducen palos y astillas secas por el agujero de la chimenea, seguidamente unas paladas de brasas y más palos y astillas hasta llenarla por completo. Cuando las llamas alcanzan la boca de la chimenea, se tapa. Posteriormente el carbonero hace tres o cuatro orificios en la parte alta de la carbonera para que penetre el aire, la leña desprenda la humedad y se cueza. Es una operación que requiere suma atención ya que si los agujeros fueran demasiado grandes la carbonera entera podría arder, y si fueran demasiado pequeños el fuego podría apagarse. Al cabo de unos días, cuando la leña de la zona superior se ha carbonizado, se agujerea algo más abajo, porque la leña se cuece de arriba abajo.

ikaskintza Todo el proceso dura unos diez o quince días, y durante ellos el carbonero debe vigilar la pira día y noche, sin apenas tiempo de dormir ni de descansar. Pero ese no es su único cometido. Según se van cociendo los troncos, la carbonera va menguando; por eso es necesario golpearla con un mazo de madera en lo alto y lograr que permanezca compacta. Asimismo, y para que no se formen bolsas de aire en el interior, la carbonera se rellena por el hueco de la chimenea dos veces al día.

Cuando la leña termina de cocer -esto se sabe gracias al color gris del humo-, comienza el proceso de enfriamiento. Antes de extraer el carbón, la carbonera debe permanecer apagada un par de días. En aquel tiempo se cargaba el carbón en sacos y se bajaba al pueblo, a veces en carro o a lomos de mulos y otras el propio carbonero arrastraba la carga sobre andas de madera.